El cigarrillo electrónico, también conocido como vapeador, es un sistema electrónico inhalador que fue diseñado por Hernert Gilbert en 1963, quien patentó este invento como “un cigarrillo sin tabaco y sin humo”, aunque no consiguió comercializar el producto.
Aunque sus comienzos se los debemos a Gilbert, el farmacéutico chino Hon Lik patentó el primer cigarrillo electrónico basado en nicotina en 2003. Al año siguiente consiguió fabricar y vender este producto. Pero, ¿cómo funciona realmente un cigarrillo electrónico?
Funcionamiento del Cigarrillo Electrónico
El cigarrillo electrónico se inventó como una alternativa a los cigarrillos tradicionales (tabaco). Utiliza una batería recargable y una unidad, donde se calienta el líquido, que se llama atomizador. Este atomizador, usado junto al líquido (e-liquid), produce vapor de agua. Esta inhalación de vapor provoca sensaciones muy similares a las experimentadas al fumar tabaco. Además, en los cigarrillos electrónicos se puede poner la carga deseada de nicotina entre unos niveles variables, a gusto del consumidor, lo que hace que sea perfecto para dejar definitivamente el tabaco.
El funcionamiento del cigarrillo electrónico es mucho más simple de lo que parece. Las mechas de sílice conducen el líquido a la resistencia a través del atomizador (el depósito donde se encuentra el líquido). Cuando presionamos el botón, la batería emite la energía necesaria a la resistencia para que ésta se caliente y evapore el líquido. Cuando inhalamos, este vapor sale del cigarrillo hacia nuestro organismo.
Es importante entender que el líquido que contiene el vapeador se calienta hasta una temperatura de 60 grados pero, al contrario de lo que ocurre con un cigarro tradicional, no existe combustión. Es precisamente esta falta de combustión la que hace que los efectos negativos del cigarrillo electrónico para la salud sean mucho menores, concretamente un 95% menos.
Los líquidos que podemos utilizar en los cigarrillos electrónicos cuentan con una gran variedad de formulaciones, diferentes sabores y concentraciones de nicotina. No encontramos las sustancias tóxicas típicas del tabaco en los vapeadores, ya que éstos no producen combustión. En los cigarrillos electrónicos, al inhalar, metemos en nuestro cuerpo vapor, que más tarde expulsamos. Son muchos los estudios que aseguran que los vapeadores son mucho más sanos gracias a su composición, donde no encontramos la mayoría de sustancias tóxicas que sí contiene el tabaco. No produce sustancias cancerígenas como el alquitran, debido a la falta de combustión.
El cigarrillo electrónico es considerado como una alternativa perfecta para aquellas personas que quieren dejar de fumar. La posibilidad de controlar los niveles de nicotina que incorporamos al líquido hace que podamos bajar la dosis según nuestras necesidades.
Si está pensando en dejar de fumar, los cigarrillos electrónicos son la mejor alternativa. Poco a poco puede ir bajando la dosis de nicotina hasta llegar a niveles mínimos o quitarla.
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