La EPOC es una enfermedad pulmonar obstructiva crónica bastante común. Entre sus síntomas encontramos la dificultad para respirar. Existen dos formas principales de EPOC: Por un lado encontramos la bronquitis crónica, que puede llegar a provocar una tos continuada.
Recientes estudios han demostrado que la EPOC podría estar íntimamente relacionada con el consumo de tabaco. Pero, ¿cómo afecta el cigarrillo electrónico? ¿Son recomendables? El cese de la actividad tabacalera es la mejor forma de mejorar el pronóstico que tiene esta enfermedad. Sin embargo, ¿cuál es el papel que tiene el cigarrillo electrónico en la misma?
A pesar de que dejar de fumar es una de las formas más efectivas para eliminar los síntomas de la EPOC, hay personas que son incapaces de dejar el hábito. La dependencia a la nicotina o simplemente el hábito de inhalar pueden hacer que sean incapaces de dejar el tabaco. Según los datos proporcionados, alrededor del 80% de los fumadores que quieren dejar de fumar de forma independiente recaen en el primer mes. Tan solo un 5% consigue dejarlo de forma definitiva. Aquí es donde, precisamente, entra en juego el papel del cigarrillo electrónico.
Cómo Ayuda el Cigarrillo Electrónico en Pacientes con EPOC
Los cigarrillos electrónicos son conocidos por vaporizar la nicotina. Por ello, este sistema es realmente utilizado tanto por aquellos que buscan dejar el hábito como por aquellos que únicamente están buscando reducirlo.
Los cigarrillos electrónicos están compuestos por una batería, un atomizador y un líquido. Cuando se inhala, se calienta una bobina de metal (resistencia) que se encuentra dentro del atomizador y que vaporiza el líquido de vapeo. Este líquido está compuesto de propilenglicol, agua destilada, glicerol y saborizantes. Además, puede contener o no nicotina, dependiendo de los gustos de cada uno. Este producto no contiene tabaco ni produce combustión ni humo.
La Disminución del Daño Tabáquico es el nombre que recibe la estrategia que busca disminuir el daño neto que está asociado al uso de productos de combustión de tabaco. Es decir, se busca introducir nicotina de manera menos arriesgada en los fumadores, buscando la mejor forma para que dejen de fumar. Esto se debe a que realmente, y tal y como han explicado cirujanos generales de EEUU, la nicotina no supone un daño, sino la combustión del tabaco.
En este sentido, los cigarrillos electrónicos no tienen combustión. Su composición es mucho más sencilla y no contienen sustancias cancerígenas. Es más, según El Royal College of Physicians y Public Health England, los e-cig son un 95% menos dañinos que los cigarrillos. Precisamente esto se debe a la disminución de la exposición a carcinógenos y toxinas.
Por todo ello, los e-cig se han convertido en los productos DDT más utilizados. Tienen una efectividad notoria y suponen la disminución del daño de la EPOC en tres semanas. Además de ser el mejor sistema para ayudar a las personas a dejar de fumar, los ayuda también a no recaer.
Además, según un estudio, los cigarrillos electrónicos son todavía más eficaces cuando se combinan con otros sistemas para dejar de fumar. En 2014 en la Unión Europea, aseguraron que habían dejado de fumar 6 millones de personas gracias al uso del e-cig.
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